Mi voluntariado finalizó en La Paz con la celebración del Día por el Derecho a la Educación. Así que ese viernes lo pasé haciendo recaditos y comprando mis últimos regalos.
Y cosas destino, que voy caminando por la calle y oigo: Pilar!!
Que fuerte!!! El mundo es tan pequeño...
Era Annabel!!! nos conocimos en enero en Valdivia, Chile y nos volvíamos a cruzar unos meses más tarde por la calle en La Paz! Flipante, no???!!!
Así que nos fuimos de compras, a tomar algo y después de hablar y hablar, adecuamos nuestros planes y fechas y decidimos irnos juntas a pasar el fin de semana a Coroico.
Coroico
Coroico es un pueblecito entre las montañas, a mí me recordaba un poco a Sorata, pero con un clima más tropical. Tiene unas vistas espectaculares, con una vegetación donde encuentras arboles frutales, palmeras y selva.
Una de las características del lugar es su gente, hay aymaras, como en la mayoría del país, pero también hay afrobolivianos, es muy curioso, son negros con el pelo super rizado y descienden de los esclavos que los españoles trajeron de África para trabajar en las minas.
Los colectivos a Coroico salen de La Paz en Villa Fatima y valen entre 20 y 30 bolivianos, 15 si regateas bien ;-)
Buscamos un sitio para dormir y fuimos a comer. Después de pasar 3 días comiendo y cenando pollo frito con arroz blanco y patatas fritas. el principal objetivo era encontrar un sitio sin pollo y con ensalada!!! En nuestro “residencial” conocimos a los uruguayos, Andrés, Marcos y Victoria.
Después de comer, paseito por los alrededores y subida al mirador para ver las vistas
Tengo que decir que este fin de semana tuvo un toque surrealista, fue divertidísimo y que nos lo pasamos genial!
Mientras subíamos el mirador, conocimos a dos hermanos franco-rusos, Vladimir y Roman, cuarta o quinta generación de emigrantes de la revolución rusa que en su momento llegaron a París. Estaban viajando por Sudamérica y tocando, con su grupo Outlitsa, música gitana, rusa, jazz.
Así que el sábado por la noche ya teníamos plan, teníamos que ir a ver que era eso de música gitano rusa con jazz!
En la fiesta nos plantamos y aunque nos quisimos resistir e irnos pronto (como a las 12 de la noche...) no nos dejaron y nos dieron las 4 de la mañana! Comiendo pollo frito, digo wallpa (en aymara) en la plaza del pueblo, con un boliviano, un californiano y un francés! Aiiiiin, que vida tan dura!
Al día siguiente, fuimos los 5, los tres uruguayos y las dos españolas, caminando a visitar las tres cataratas del pueblo.
Por la noche, cenita, vinito y risas ;-) y al día siguiente para La Paz dirección Copacabana e Isla del Sol!
Lago Titicaca – Copacabana – Isla del sol
Para llegar a Copacabana las movilidades salen de La Paz al lado del cementerio y se tarda, teóricamente... unas tres horas.
Copacabana es una pequeña ciudad que principalmente vive del turismo, con millones de puestos y tiendas de ropa, artesanía boliviana y mucho hippy, cafés, restaurantes y centenares de hostels. Tiene una iglesia en la plaza principal muy bonita:
Y en el puerto se pueden ver unos atardeceres espectaculares mientras te comes una trucha que te cagas...!!!
Los barcos públicos de Copacabana a Isla del Sol salen por la mañana, en dos turnos: 8.30 y 13.30 y regresan por la mañana y por la tarde entre las 16.00 y las 17.00 (cuando se llene el barco). Vale 20 BOB ida o 30 bolivianos ida y vuelta el mismo día.
El Lago Titicaca es el lago más grande y a mayor altura en el mundo y contiene agua salada porque proviene de un antiguo mar interior. Tiene un color espectacular y al fondo se ven las impresionantes montañas nevadas de los Andes! Preciosooooooooo!!
Los andes y las nubes por debajo |
La isla del sol es un lugar mágico. Según la mitología inca, aquí es donde el dios Viracocha dejó a los primeros reyes incas, Manco Capac y su esposa hermana Mama Ocllo.
Nosotras no tuvimos tiempo de pasar unos días en la isla, pero lo recomiendo, no personalmente claro, pero las recomendaciones que me dieron venían de buenos viajeros!
Pillamos el barco prontito por la mañana a Cha'llapampa, la parte norte de la isla, visitamos el museo (10 bolivianos), la ruinas incas con la roca del puma y la mesa de sacrificios. Luego, fuimos bajando por el camino del Inca hacia Yumani, el sur, donde cogimos el barco de vuelta a Copacabana.
Es muy curioso, a medida que vas bajando por el camino vas pasando por diferentes comunidades. A la vez, te vas encontrando con personas que te van cobrando 10, 15 o 20 bolivianos porque caminas por el trocito del camino correspondiente a la comunidad por la que pasas. Vamos, que lo normal sería que una vez que llegas a la isla te cobren una única entrada y que los beneficios sean repartidos, en lugar de ir cobrándote diferentes precios, ya que da lugar a sentirte un poco timado... :-S
La isla es preciosa, todo verde, rodeada por el lago y con los espectaculares Andes de fondo
El camino es más o menos fácil, con alguna subida que te deja sin aliento, pero más por la altura que por la pendiente. Nosotras lo hicimos sin problemas y llegamos al barco de la tarde puntuales. Estuvo genial no solo por el paisaje si no por la compañía!!
Menudas crónicas tan interesantes. Tienes madera de periodista de viajes y aventuras.
ResponderEliminarla última foto con el burro, la playa, las montañas... es preciosa!! muy buena!!
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