domingo, 2 de septiembre de 2012

Nepal: Kathmandu y colaborando con Khushi

Namasteeeeeeeeee!!! 

Ya estamos en el famoso Nepal, 10 de las 14 las montañas más grandes del planeta están en este país!! :-O 
Mezcla de culturas, donde el hinduismo y el budismo comparten país. A veces es super parecido a la India, otras tiene influencias Tibetanas... a mi a veces me ha recordado a Perú y a Bolivia, incluso los rasgos de la gente, el paisaje con las super montañas y toooooodo verde...! Preeeeeeecioso...! 
La gente es simpática, con un gran sentido del humor y muuuuy buenas personas, no tenemos ninguna queja de Nepal ni de los Nepalis! 

Namaste: hola y adiós, en realidad significa un saludo a tu ser interior. ¿A qué es genial???!!! :-) 
Dannebat: gracias 
Todo con las manos juntas en posición de rezo y balanceando la cabeza hacia abajo. 

En Nepal nos ha pasado de todo, sobre todo con bichos, a parte de los mosquitos y cucarachas que nos han visitado durante todo el viaje, hemos tenido chinches y sanguijuelas! Y yo además una conjuntivitis que me duró las tres semanas y pico de estancia, esto por la contaminación que hay Katmandú! Muuuuy fuerteeeeeeeee!! 


Katmandú con Khushi: 

Llegamos a Nepal el 7 de agosto, Mathieu, un francés que conocimos en Laos nos pasó un contacto de una ONG, Khushi, www.khushi.fr porque estamos interesadas en ayudar por unos días. Así que así comenzamos nuestra semana de colaboración con los street children de Katmandú y del valle. 

El lugar en el que nacemos marca mucho nuestras vidas y en Europa no somos conscientes de ello, además en países como Nepal o India te marca también la familia (o casta) en la que hayas caído... 

En Katmandú y en el valle hay centenares de niños que viven en las calles. Una de las razones es porque sus padres no tienen casa, existen hasta terceras o cuartas generaciones de familias que viven en la calle. También hay niños cuyas familias tienen casa, pero se juntan con “malas compañías” y acaban dejando de ir al colegio y pasan los días e incluso las noches en la calle y muchos esnifando pegamento. 

Khushi es una ONG muy pequeña y se centran en un número minoritario de niños, a los que se ganan su confianza ayudándolos en su día a día. Así poco a poco les van “convenciendo” de que vuelvan al colegio, a hostels (una especie de internado) o simplemente a casa, el caso es sacarlos de la calle y enseñarles una vocación. 

Así que el primer día fuimos a visitar un hostel 
Los niños nos recibieron con los brazos abiertos, primero un poco tímidos pero luego se soltaron e incluso nos cantaban canciones! 


Otro día fuimos a visitar a unos niños que viven con su familia en calle, a los alrededores del templo Pashupatinath. 

Este templo es muy famoso y turístico porque es el templo hinduista más importante en Nepal y se realizan las incineraciones en la orilla del río. 

Cuando alguien muere, normalmente el hijo mayor (hijo masculino) se encarga de llevar el cuerpo, normalmente de su padre o madre, al templo y realizar el “ritual”. Antes de quemarlo se lleva el cuerpo dentro del templo y luego se lo coloca en la orilla del río, con los pies tocando el agua, porque para los hindus, el agua es muy importante porque limpia y es el medio para pasar “al otro lado”. Después de los rezos y demás se le incinera y entonces el hijo mayor se rapa la cabeza y se pone ropas blancas y no puede tocar ni ser tocado durante 30 días. 

 
Nuestro niños se lanzan al agua a recoger “las sobras” de la incineración, como: monedas, ropa, collares o dientes de oro... para luego venderlos, así se ganan la vida 

También otro día pasamos a visitar una especie de residencia estatal de ancianos que está dentro de un templo. 


Otro día fuimos a visitar a una familia que se dedica a recoger la basura, separarla y venderla para reciclar. 


Estuvimos hablando con los hijos, 16, 17 y 18 años, que estaban “organizando la basura”. Es super fuerte, nosotras estábamos sentadas con ellos y mientras hablábamos nos quitábamos todo tipo de bichos e insectos... 


Otra vez estuvimos con una madre que tiene dos hijas mellizas y las acompañamos a un centro de salud a realizar un examen médico. 


La experiencia fue gratificante, corta pero muy intensa. Creo que ya lo he repetido varias veces, en estas situaciones recibes mucho más de lo que aportas, la gente te trata de forma especial, se te abren los ojos y te hace valorar mucho más lo que tienes... Solo espero no olvidar la lección en España.


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